La madera se distingue de cualquier otro producto, como material de construcción, por tratarse de un producto natural, consecuencia del crecimiento que experimenta el árbol a lo largo de su vida.
La formación de la madera estará influenciada por las condiciones de su entorno: la orografía, el clima, el substrato y la genética del árbol.
La madera ha demostrado su aptitud de funcionamiento en las estructuras durante siglos, algo que todavía tienen que demostrar los materiales actuales.